David Angulo y su canción “Nunca Segunda Parte Fue Tan Buena”: Jazz cotidiano con alma aragonesa
- Diana
- 17 jul
- 2 Min. de lectura

Para quienes buscan música que se sienta como una conversación íntima entre el corazón y el oído, el nuevo sencillo doble de "David Angulo" & The Swing Dang Band es una joya que merece ser descubierta. Con más de treinta años de experiencia en el análisis musical, puedo afirmar que “Nunca Segunda Parte Fue Tan Buena” no es solo una canción: es una declaración de amor, una celebración de lo cotidiano y una muestra de cómo el jazz puede abrazar la emoción sin perder frescura.
Zaragozano, polifacético y profundamente humano, David Angulo ha transitado por el teatro, la televisión y la música con una sensibilidad que lo distingue. Reconocido por su trabajo en Oregón TV, ha compuesto para compañías como Els Joglars, la Ópera Nacional y cineastas como Paula Ortiz y Raúl Arévalo. Su estilo mezcla soul de autor, swing juguetón y una narrativa emocional que conecta con públicos diversos.
Dedicada a su hija Laurita, esta canción es un homenaje a la luz que irradian los vínculos familiares. Desde el primer compás, el tema se aleja de la épica para abrazar lo cotidiano con elegancia.
El tema se caracteriza por elementos muy vivaces, como un clarinete juguetón (interpretado por Álex Burges) marca el tono, evocando salones íntimos y tardes soleadas, guitarras acústicas y eléctricas (José Luis Arrazola y Torsten Weber) se entrelazan con una base rítmica suave, creando una atmósfera cálida y envolvente.
El material se grabó en el estudio Hola Clavel de Zaragoza, con mezcla y mastering a cargo de Richi Martínez y el propio Angulo. El artista no busca fórmulas comerciales, sino compartir su mundo interior. Su voz, lejos de ser impostada, transmite cercanía y autenticidad. La canción no se apoya en grandes coros ni efectos, sino en la verdad de su mensaje: el amor como motor creativo.
Comentarios