Degodify: un viaje íntimo en clave de metal progresivo

Hay discos que no se escuchan, se atraviesan. “Degodify”, el nuevo trabajo de THY METHOD, es uno de esos viajes que no se conforman con sonar bien, sino que buscan remover las entrañas. Nicolás Restrepo, el músico colombiano detrás del proyecto, ha construido un álbum que se siente como una confesión y una catarsis, un espejo que devuelve preguntas incómodas sobre fe, violencia y autonomía personal.

Lo primero que sorprende es la honestidad con la que Restrepo se expone. Tras años de distancia con la música, regresa a la guitarra no para repetir fórmulas, sino para examinar las estructuras que marcaron su vida. El concepto de “desendiosar” —despojarse de mandatos que se presentan como verdades absolutas— se convierte en el núcleo de la obra. Y lo hace desde un lenguaje sonoro que bebe de influencias como Opeth, Tesseract, Haken o Gojira, pero que nunca se limita a la imitación. Aquí hay un pulso propio, visceral y profundamente narrativo.

El álbum se abre como un mapa emocional que alterna densidad y calma, violencia y contemplación. “Martyr” es quizá el ejemplo más desgarrador: la historia de una mujer marcada por un don divino que se convierte en condena. La música acompaña esa tensión con pasajes que oscilan entre la brutalidad y la intimidad, evocando la lucha entre obediencia y culpa.

“Buried Man” es el despertar de quien decide romper con la fe heredada. La canción se siente como un tránsito: comienza en la desorientación y desemboca en la reivindicación personal. Es un himno a la autonomía, a la posibilidad de levantarse con herramientas propias.

“Cerberus” nos lleva a un terreno más oscuro, el de la violencia intrafamiliar disfrazada de moral. Inspirada en Psicosis y El Resplandor, la pieza retrata la degradación psicológica que emerge en entornos de control. Los cambios abruptos y las atmósferas opresivas refuerzan la sensación de encierro, mientras la metáfora del guardián del Hades se convierte en símbolo de dominación.

El eje conceptual, “Degodify”, es la ruptura definitiva. Aquí el individuo se enfrenta a la culpa impuesta y a la obediencia ritual, hasta comprender que la fe heredada ha limitado sus deseos y su pensamiento crítico. Es la canción que condensa el espíritu del disco: emancipación espiritual a través de la música.

La producción, realizada junto a Nicolás Sadovnik en El Búnker Estudios de Bogotá, aporta solidez y claridad a un trabajo que exige tanto en lo lírico como en lo instrumental. Las voces de Fabián Rivas y la batería de Mauricio Manrique completan el cuadro, mientras las ilustraciones de Adalberto Camperos dialogan visualmente con los temas centrales: vigilancia, control y colapso de las estructuras tradicionales.

“Degodify” no es un álbum para escuchar de fondo. Es una obra que pide atención, que invita a detenerse y dejarse sacudir. Para quienes buscan música auténtica, capaz de narrar historias íntimas con la fuerza del metal progresivo, este disco es una experiencia imprescindible.