DESU TAEM: El rugido sincero del Savage Retro Rock

Hay proyectos musicales que nacen del deseo de sonar bien, de encajar en una escena, de agradar. Y hay otros que nacen del caos, del amor visceral por el ruido, de la necesidad de decir algo aunque nadie lo haya pedido. DESU TAEM pertenece a esta segunda especie.

El proyecto no se presenta, irrumpe directamente en tus oídos. Y lo hace con una honestidad que, en tiempos de algoritmos y fórmulas, se siente como un puñetazo en el pecho... o como un abrazo mal dado, pero necesario.

Este dúo estadounidense, formado por Shan Greene y su hijo Nick, ha construido un universo sonoro que no pide permiso. Con más de diez álbumes, cinco sencillos y dos videos, DESU TAEM se define como “full immersion” y “Savage Retro Rock”, etiquetas que no buscan encasillar sino advertir: esto no es música para pasar el rato. Es música para perder el control, para gritarle al techo, para sentir que todavía hay algo que no ha sido domesticado.

Su álbum número once, Just Another Asshole Song, incluye el tema “Felix the Cat”. A primera vista, podría parecer una referencia lúdica, una broma nostálgica. Pero lo que Shan y Nick hacen con esta figura icónica va mucho más allá. “Felix the Cat” se convierte en un espejo roto donde se reflejan la ironía, la ternura y la rabia contenida de una generación que ya no cree en los trucos mágicos.

La canción no se limita a evocar al personaje animado. Lo transforma en símbolo. Con riffs densos y una producción que recuerda al garage punk más crudo, DESU TAEM convierte a Felix en un antihéroe emocional. La voz no canta: declama, escupe, profetiza. Hay algo de Black Sabbath en la atmósfera, algo de Jane’s Addiction en la actitud, pero sobre todo hay mucho de Shan y Nick en la ejecución. Es un tema que no busca ser entendido, sino sentido. Como si Felix, ese gato maravilloso, ya no sacara trucos de su bolsa sino verdades incómodas.

Lo que hace especial a DESU TAEM no es su sonido, aunque es brutal y envolvente, sino su propósito. Este proyecto fue creado por y para Shan y su hijo. Es un acto de amor, de locura compartida, de manifestación creativa sin filtros. Nick convierte las ideas “locas” de su padre en música, y esa alquimia familiar se siente en cada compás. No hay pretensión, hay entrega. No hay perfección, hay autenticidad.

Para quienes disfrutan descubrir música nueva y auténtica, DESU TAEM es un hallazgo que no se olvida. No porque sea fácil de escuchar, sino porque es imposible de ignorar. Es el tipo de proyecto que te obliga a tomar partido: o lo rechazás por su crudeza, o lo abrazás por su verdad. Y si elegís lo segundo, te espera un viaje salvaje, retro, emocionalmente incómodo... pero profundamente humano.

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