En 1996 salió a la venta la primera versión del Survival Horror que cambió la industria de los videojuegos y trascendió más allá hasta las pantallas de cine, Biohazard, mejor conocido en occidente como Resident Evil. Tras este éxito rotundo, en 1998 fue el turno de la segunda entrega del juego, considerada por muchos el mejor de toda la saga.
Esta secuela contaba con el tradicional control estilo tanque, una de las características que más se le criticó a los primeros tres juegos, pero una vez acostumbrándose a este detalle, era sencillo meterse en la piel de Leon S. Kennedy o de Claire Redfield, quienes a lo largo de la trama descubren cuáles son los planes que tiene Umbrella en relación con el virus-T.
Este 2019 inició con un remake del juego, lo rehicieron de principio a fin para no solo mejorar los gráficos con texturas HD, sino que adaptaron el juego a una cámara en tercera persona sobre el hombro del jugador, con lo que su control también varió al sistema tradicional de este tipo de juegos, lo volvieron más intuitivo.
A esto se suma la nueva vestimenta, los rediseños de mapas, accesos a nuevas zonas, diálogos, voces, interfaces y muchas otras características que vuelven al juego indispensable para quienes poseen las consolas en las que se ha puesto a la venta.Quizá lo más importante es no solo que se mantiene la dosis de terror que hicieron del juego todo un clásico en su género, sino que se ha vuelto más terrorífico.
Por estas razones, es un juego altamente recomendado para los nostálgicos que tuvieron la oportunidad de disfrutarlo hace veinte años en sus versiones originales, sino para los más jóvenes quienes no han tenido el honor de haberlo jugado nunca.
Por: Jose Mora Ortega
