Ronan Furlong: El trovador moderno que canta desde el alma
- Diana
- hace 2 horas
- 2 Min. de lectura

En un rincón de Irlanda, donde la bruma parece guardar secretos antiguos y las melodías se deslizan entre piedras centenarias, vive y crea Ronan Furlong. No es un artista que busque el ruido de los reflectores. Su música, como él, se mueve con discreción, pero con una profundidad que deja huella. Su nuevo sencillo, “All That I Became”, es prueba de ello: una balada que no se escucha, se respira.
“All That I Became” no se presenta con estridencia. Su entrada es suave, casi tímida, como quien pide permiso para hablar de lo que duele. La guitarra acústica, ejecutada con una elegancia que nunca se vuelve ostentosa, crea un paisaje sonoro donde cada nota parece tener memoria. Es un acompañamiento que no adorna, sino que sostiene. Y sobre ese fondo, la voz de Ronan se desliza como un pensamiento que se ha estado guardando demasiado tiempo.
La letra es una exploración del yo, de lo que hemos sido y lo que nos ha moldeado. No hay dramatismo innecesario. Solo verdad. Y esa verdad, dicha con sencillez, conmueve.
Ronan no escribe canciones. Escribe reflexiones que suenan. Su interés por la historia y la filosofía se filtra en cada verso, no como cita académica, sino como vivencia. Hay algo en su forma de narrar que recuerda a los antiguos bardos, pero con una sensibilidad contemporánea. No busca respuestas, sino preguntas que nos acompañen.
Su formación musical es tan rica como su pensamiento. Aprendió de Billy Roche, y luego de Rodrigo y Gabriella, lo que le dio una técnica que se siente en cada rasgueo. Pero más allá de la destreza, lo que destaca es la intención. Ronan toca como quien conversa con su guitarra, como si cada acorde fuera una palabra que no se puede decir en voz alta.
En vivo, Ronan se presenta solo. Una guitarra, un micrófono, y él. No necesita más. Porque su música no busca llenar estadios, sino corazones. Hay algo profundamente íntimo en su propuesta. Como si nos invitara a sentarnos junto a él, en una noche de lluvia, y simplemente escuchar.
“All That I Became” es una canción para quienes han amado, perdido, cambiado. Para quienes se preguntan quiénes son después de todo lo vivido. Es una pieza que no se impone, pero que se queda. Como una carta que llega sin remitente, pero que sabemos que fue escrita para nosotros.
“All That I Became” es más que una canción, es un espejo donde podemos vernos sin máscaras. Y porque, a veces, lo que más necesitamos no es ruido, sino una voz que nos diga, con honestidad, esto es lo que fui, esto es lo que soy.






