Floodlit y el rugido cinematográfico de la familia

En Los Ángeles, ciudad donde los géneros se cruzan y las escenas musicales se reinventan cada día, surge floodlit, un quinteto que entiende el rock pesado como un lenguaje capaz de narrar historias universales. Su propuesta se mueve entre el heavy rock, el metalcore y el post-hardcore, pero lo hace con una sensibilidad cinematográfica que convierte cada canción en un viaje emocional.

La banda está formada por Elijah Kellogg en la voz principal y composición, Wil Jackson en guitarra y voces limpias, Jin Wen “Candy” Zhang en bajo y voces limpias, Ei Fan “Yvonne” Lee como guitarrista líder y Kevin Pope en la batería. Tres cantantes, dos culturas, cinco personalidades que confluyen en un sonido que no se limita a la furia, sino que busca la poesía dentro del ruido.

Su debut, el álbum MiDaSu, palabra birmana que significa “Familia”, es un recorrido de diez canciones que explora la historia reciente de Myanmar y, al mismo tiempo, plantea preguntas universales: ¿qué sentido tienen la guerra, la muerte, la pérdida y el duelo? ¿qué convierte a un grupo de personas en una familia? floodlit no responde con certezas, responde con música que golpea y acaricia, que alterna entre la violencia sonora y la reflexión íntima.

El primer sencillo, “AMa”, abre la puerta a este universo. La producción, a cargo de Stephen Rezza, con ingeniería de Luke Dimond y mezcla de Seth Munson, otorga al disco un acabado pulcro y poderoso. Cada detalle está pensado para que las voces se eleven, los gritos desgarren y las guitarras construyan paisajes que parecen sacados de una película épica.

Lo que distingue a floodlit es su capacidad de combinar lo visceral con lo melódico. Sus influencias, que van de Deftones a Muse, de Bring Me the Horizon a Spiritbox, se perciben, pero nunca se imitan. La banda toma esas referencias y las transforma en un sonido propio, donde la agresividad convive con la belleza y la poesía se incrusta en cada riff.

Más allá de la técnica, lo que hace especial a floodlit es la intención. MiDaSu no es solo un álbum de metalcore, es un manifiesto sobre la condición humana. En tiempos donde la música pesada a menudo se reduce a fórmulas, ellos apuestan por la narrativa, por el concepto, por la emoción que trasciende fronteras.

Escuchar a floodlit es entrar en un ritual eléctrico. Es sentir que cada golpe de batería y cada grito son parte de una historia más grande, una historia que habla de familia, de resistencia y de la necesidad de encontrar sentido en medio del caos. Con apenas semanas de presencia en redes, ya han generado miles de impresiones y seguidores, prueba de que su propuesta conecta porque es auténtica.

El futuro de floodlit se vislumbra con fuerza. Su música no solo busca escenarios, busca corazones dispuestos a dejarse atravesar por la intensidad de un sonido que es tanto catarsis como esperanza. MiDaSu será, sin duda, un álbum que marcará un antes y un después en la manera de entender el metalcore narrativo.

Al cierre de este artículo, no pudimos obtener acceso a el material, solo a un pequeño teaser, pero uniendo todas las piezas y credenciales de sus creadores se vislumbra el comienzo de un gran proyecto, así que atentos a su debut.

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