Snakeheads: Punk, pérdida y legado en “Top of the Pops”

Desde Sydney, Australia, emerge una historia que va mucho más allá de la música. Snakeheads no es solo una banda, es el testimonio sonoro de una amistad de 35 años entre Pete Lusty y James Roden, dos adolescentes que se conocieron en Belconnen High y que, décadas después, siguen resonando en cada acorde. “Top of the Pops”, tercer sencillo de su álbum debut Belconnen Highs, es una pieza que condensa el espíritu punk, la irreverencia y la emoción de una vida compartida, incluso cuando la muerte interrumpe el proceso creativo.

Belconnen Highs no es un disco más. Es el resultado de años de escritura, ensayos en sótanos, sueños compartidos y una tragedia que transformó el proyecto en homenaje. Pete Lusty falleció en 2020 tras ser diagnosticado con cáncer en etapa 4. James Roden, su amigo y cómplice musical, decidió terminar el álbum como tributo. Lo que comenzó como una aventura juvenil se convirtió en un acto de amor, memoria y resistencia.

“Top of the Pops” fue grabado por Jay Whalley en Marrickville, mezclado por Clem Bennett en Canberra y masterizado por Robin Schmidt en Alemania. . La alineación incluye a Graeme Trewin en batería, Harry Roden en bajo y James en guitarras y voz. Cada nombre, cada ciudad, cada paso técnico, está impregnado de historia.

“Top of the Pops” es un tema con una duración breve, pero explosiva, como todo buen Punk. El sonido se caracteriza por una muralla de guitarras tipo buzzsaw que no pide permiso. El tema no busca agradar, busca sacudir. Hay una crudeza que recuerda a los Sex Pistols, pero con una sensibilidad más contemporánea.

Cuenta con un ritmo acelerado, visceral, con un pulso que se siente en el pecho. La batería marca el paso como si fuera una carrera contra el tiempo. James canta con una mezcla de rabia y ternura. Hay un lamento disfrazado de sarcasmo, una súplica que se ríe de sí misma.

La letra es “Un grito de ayuda con una ceja levantada”, como lo describió el propio Roden. Es una crítica a los golpes de la vida, pero sin perder el humor ni la ironía.

El material se acompaña de un audiovisual, dirigido por Todd Sheldrick, hecho a mano con montajes, fotos vintage y una estética DIY que encaja perfectamente con el espíritu del tema. Aparecen imágenes de Pete y James, y hasta referencias a Spitfires y baile northern soul, aunque con un toque muy personal.

“Top of the Pops” no encajaría en el programa televisivo que lleva su nombre. Es demasiado crudo, demasiado honesto. Pero ahí radica su belleza. Es una canción que no busca el estrellato, sino la catarsis. Es el tipo de música que se grita en un garaje, que se comparte entre amigos, que se graba con lágrimas y cerveza.

Para quienes disfrutan descubrir música con alma, Snakeheads ofrece una experiencia que va más allá del sonido. Es una historia de amistad, de duelo, de fidelidad a un sueño adolescente. Belconnen Highs no es solo un álbum, es una cápsula del tiempo, una carta de amor a Pete, y una invitación a sentir sin filtros.

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