Alpaca-in-Chief es un proyecto musical que desafía las etiquetas y abraza lo íntimo.
- Diana
- hace 5 horas
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“M Building”, su tema debut, es una cápsula poética que transforma la rutina en ritual, y ahora, a un año de su lanzamiento, merece ser redescubierto antes de que llegue su secuela.
Hay canciones que no se gritan, se susurran. Que no buscan llenar estadios, sino resonar en habitaciones silenciosas, donde el oyente está dispuesto a escuchar con el corazón abierto. “M Building” de Alpaca-in-Chief es una de esas canciones. Y como todo lo que se cuece a fuego lento, su impacto no es inmediato, pero sí profundo.
Este proyecto chileno-norteamericano, aún envuelto en cierto misterio, celebra el primer aniversario de su lanzamiento con una promesa: una secuela está en camino. Pero antes de mirar hacia adelante, vale la pena detenerse y mirar con atención lo que “M Building” nos ofreció.
La canción, de apenas dos minutos y diecisiete segundos, se mueve con un tempo de 75 BPM y una tonalidad en si menor. Pero más allá de los datos técnicos, lo que realmente define a “M Building” es su atmósfera. Hay una melancolía contenida, una especie de contemplación urbana que se filtra en cada verso. La letra habla de sacrificios, de prisiones invisibles, de momentos perdidos “away from everybody and everything”.
Es como si el edificio M fuera más que una estructura: un símbolo de lo que dejamos atrás en nombre de la productividad, del deber, de la rutina.
Musicalmente, el tema se apoya en una producción sobria, casi minimalista. No hay fuegos artificiales ni giros dramáticos. Lo que hay es espacio. Espacio para que cada palabra respire, para que cada pausa diga algo. La energía es moderada, la bailabilidad sorprendentemente alta para un tema tan introspectivo, y la acústica se mezcla con una textura digital que nunca llega a ser fría.
Lo que Alpaca-in-Chief logra con “M Building” es crear un pequeño universo donde lo cotidiano se vuelve poético. Es una canción que no se impone, pero tampoco se olvida. Y ahora, con una secuela en camino, el momento es perfecto para volver a ella, para escucharla como si fuera la primera vez, y para dejar que nos hable de lo que significa estar presente en medio del ruido.
Para quienes buscan música auténtica, que no se rinda ante la fórmula ni el algoritmo, Alpaca-in-Chief es una voz que merece ser escuchada. Porque en tiempos de saturación sonora, lo más valiente es sonar como uno mismo.






